Ocasos machadianos

A un atardecer como los de Urueña cantó Machado: «Hacia un ocaso ardiente/ caminaba el sol de estío,/ y era, entre nubes de fuego, una trompeta gigante (…)». Algunos como este, de invierno pero de color igual de cálido, nos lo trae Fidel Raso encapsulado. Es el del 9 de febrero de 2018.

 

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